Minificciones

de Laura Elisa Vizcaíno

DE COLUMPIOS A MECEDORAS

 

          —Mañana, que es mi cumpleaños, quisiera una fiesta con globos, pasteles de chocolate, helados de vainilla y serpentinas. Ojalá que puedan venir mis amigas y la familia; tal vez me traigan regalos. ¡Cómo no le pedí a mamá ese vestido amarillo para usarlo en mi día!

          —Vidita, tranquilícese, yo creo que ni sus nietos vendrán a verla. Mejor la ayudo a pararse.

 

MÁS VALE TARDE QUE NUNCA

 

          —¿Por qué no te conocí antes? ¿Dónde habías estado, querido mío?

          —Atravesando paredes, dulce amor.

 

LA VIDA DESPUÉS DE LA MUERTE

 

Una mosca murió aplastada dentro de la libreta de un ingenioso que le encontró forma y sentido al bicho. Ahora, el diminuto cadáver es una hermosa estrella de color tostado en la obra de un autor.

 

HOJA EN BLANCO

 

Apoyé la pluma sobre el papel en espera de que las ideas brotaran. De pronto vi muchas letritas en mis dedos, subieron por mi brazo hasta rozar mi cuello, hacerme cosquillas detrás de la oreja y acurrucarse en mi cerebro. Con la piel erizada y sin moverme, esperé a que bajaran. Finalmente, a las tres de la mañana, vi resbalar unas cuantas letritas (todas ellas mayúsculas), hasta llegar al papel y formar la palabra RÍNDETE. Después subieron por mi brazo hasta rozar mi cuello, hacerme cosquillas detrás de la oreja y acurrucarse en mi cerebro.

 

ABISMO

 

El lápiz reposa junto a la hoja blanca y ambos se dirigen la vista con compasión. El tiempo transcurre y las miradas se agotan hasta cerrarse. Los dos permanecen sobre la mesa como cuerpos inmóviles. El autor, desde arriba, los observa aterrado.

 

PROBLEMAS CON EL ESTAMBRE

 

La doncella Aracné abrió una Escuela de Tejido y Bordado. Entre millones de alumnas sólo una no pudo graduarse. La creían holgazana e irresponsable, incapaz de hacer la tarea completa. Sus compañeras se burlaban de ella y, como no le dirigían la palabra, nadie le preguntó por qué deshacía el tejido todas las noches.

 

INFLUENCIAS

 

Soñé que soñaba con un lugar común, en el que mi otro yo pretendía revelarme la verdad absoluta. De repente Borges me sacó del primer sueño, ahogándome con una almohada y gritando algo sobre los derechos de autor.

Cuando desperté por completo, fui directo a mi biblioteca y quemé todos los libros del envidioso.

 

EGOS

 

Es tan sólo mi sombra la que se hace grande con tus palabras de luz o la que empequeñece con tu noche de silencio. Es tan sólo mi sombra la que te anhela. Pero ¿quién se llaga? ¿Quién camina hasta tu casa? A las sombras no les salen lágrimas. La que se enfría en el abandono de la noche tan sólo es una.

 

ENTRADA POR SALIDA

 

Asomada a la ventana vi tu fragilidad de colibrí, tu hermoso cuerpecito verde y tus alas queriendo entrar. Mi codicia por tenerte fue aguda, empujé el cristal y me dejé ir. Entraste emocionado, mientras yo caía sin freno desde el último piso.

ASTERISCO

 

Me tachas, me crucificas y me convierto en estrella.

Laura Elisa Vizcaíno (Ciudad de México, 1984). Es doctora en letras por la UNAM. Publicó el libro para niños El barco de los peces pirata (con Fernández Editores en 2014), el libro de microrrelatos CuCos (con Ficticia Editorial en 2015), Bienmesabes (con La tinta del silencio en 2017) y ha participado en una veintena de antologías de minificción. Sus estudios teóricos sobre narrativa breve han sido publicados en revistas arbitradas y libros colectivos. Colabora en www.senalc.com y es tallerista en www.ficticia.com