Las Maneras del Agua: un diálogo con la tradición 1ra Parte

Minerva Margarita Villarreal, Premio Bellas Artes de Poesía Aguascalientes 2016 por Eduardo Cerecedo

El símbolo del agua siempre ha sido un enigma para las civilizaciones, la humanidad se ha apostado bajo ese eje primordial para saberse regir con sabiduría. Lo importante de ese elemento en la formación del mundo, en la parte espiritual, como lo es la religión católica, por otro lado; la ciencia sostenida por Carlos Darwin, en La evolución de las especies, la vida inicia en el agua. El nacimiento del ser humano es por agua en el vientre materno. Así podemos citar ese componente terrestre, Gastón Bachelard  ya hizo lo suyo con El agua y los sueños, demostrando los devenires en sus mecanismos de interpretación.

          Ahora en el poemario reciente de Minerva Margarita Villarreal (Nuevo León, Monterrey, 1957), Las maneras del agua, viene a conformar un pensamiento ristrado, cuya mayor presencia es el diálogo con la ausencia-presencia, veinticinco poemas más veinticuatro alabanzas son la moneda perfecta de dos caras, águila/sol. Una dicotomía para un solo cuerpo, una sola materia con cierto resplandor en cada poema, la poeta antes ha publicado: Hilos de viaje, (1982); Dama infiel al sueño, (1991) Pérdida, (1992) Epigramísticos, (1995) La paga común del corazón más secreto, (1996) Adamar, (1998) La condición del cielo, (2001) Herida luminosa, (2008) Tálamo, (2011).

           Si leemos con detenimiento, descubrimos que la poeta ha continuado por esa vertiente poética, siendo fiel a su tendencia literaria, que es, hasta cierto instante, el agua como unidad en esa intrínseca esfera de la creación. Sueño, agua, místico,  herida como corte del ritmo primordial que es la carne, lecho, de qué, sino de lo sensual. A la vez, un espejo surge de ese diálogo con la nada, el máximo común múltiplo es el resultado de esa imagen, el yo se antepone a lo esencial del tiempo. De tal forma que la voz continúa esa búsqueda que es, a la vez, silencio. Quién escribe se aparta del mundo para saberse real, se toca, se sabe formada por esa silueta que mira en el espejo. Es ahí donde la palabra hace lo suyo para buscar lo sagrado. Inquirir el reflejo en su respirar, su ritmo de respiración aumenta su voz, sus labios son, el sentido de la voz, como receptora del cielo en lo que mira. Cito:

“Antes del alba sus manos traen el cielo hasta el muro

de piedra

y en lecho de madera abro los ojos que no abro”

          La presencia de santa Teresa la ve reflejada en su cuerpo, es la misma imagen. Ese juego de oxímoron, de paradoja, congratula el dudar de quien expresa ese sentimiento. La necesidad de sentirse viva, apreciada por sus mismos ojos que la hacen de nuevo viva. Una pintura que nace de su tacto, sensual. Una vía con la que alterna su manera cotidiana de soledad. Minerva Margarita Villarreal crea con sus poemas otra figura en la que se identifica para hacer del espíritu cuatro maneras del agua.

           “Lo sensual se manifiesta en un ritmo de agua al caer: Cito: La humanidad de Cristo desnuda tus pupilas”. Para llegar a esta metáfora, antes ha escrito “Agua de pozo, / agua de noria sin anegar el huerto, /agua del río o del arroyo/ Lluvia del cielo”… “Bañémonos Teresa en esa rojedad”. Lo sensual, lo erótico toma un colorido para el bien de la poesía. Pocas veces tenemos la posibilidad de encontrar los poemas, con esa carga de vida, con la visión de ese otro, para delinear una constante en las imágenes visuales, olfativas en el pulso de una poeta. La también  ganadora en Poesía,  del Certamen Internacional de Literatura Letras del Bicentenario Sor Juana Inés de la Cruz 2010, Estado de México, nos hace participes de su fortuna cuando señala: “ Dios por mis labios/dentro de  mis labios/Dios por mi boca/dentro de mi lengua/Dios dentro de mi sangre/ como un pez circula/ entre los pájaros”. Corta de manera certera la imagen erótica para convertirla en imagen aérea, en presencia vital en su tono escritural.

          Dos figuras para aislar el mundo cotidiano, el de santa Teresa de Jesús, (1515-1582), el de Minerva Margarita Villareal, lo habitual con lo místico se unen para mostrar Las maneras del agua, establecer una permanencia efímera del tiempo con lo acordado en la voz.

Minerva Margarita Villarreal, Las maneras del agua, (Premio Bellas Artes de Poesía Aguascalientes 2016) CULTURA Secretaría de Cultura/FCE/INBA, 2016. (81 pp.)

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