Siguiendo rastro de papeles de Jonathan Harrington

Versión en español por Fer de la Cruz y Susana Barradas

Lo primero que se conoce de Jonathan Harrington es su voz, con franqueza, emite el español, idioma al que controla en su sonoridad y complejidad sintáctica, su voz, transferida a la letra impresa conserva ese estilo libre-americano en Rastro de papeles selección de poemas (Ediciones Cocodrilo, 2016) donde nos hace entrega de una serie temática en verso como si se tratase de una colección de relatos, con un estilo poético que desarrolla en su propio tiempo (lo que llamaríamos timing) un estilo depurado de estrategias para mostrar al lector cierta polifonía, otras voces y acentos que, dentro del poema, se expresan en diálogos internos (sí, dentro del poema) que él construye a través del verso con gran naturalidad sobre dos elementos: en primer lugar por medio del uso realista de jergas y registros conversacionales, en los que vemos variedades del inglés, por ejemplo, y en segundo lugar, por medio de la selección de detalles reveladores acerca de una situación no explícitamente narrada, más bien, metaforizada.

Abierto a una pluralidad de temas, intereses y problemas, cada poema es presentado por diversos protagonistas, ejercicio de estilo comenzando por el mismo poeta: Aquí estoy/ y ésta es mi vida:/este cuarto/ (aquí en esta ciudad/a miles de kilómetros/ de donde yo nací), personajes que pertenecen a distinta clase social, género,  grupo de edad y nacionalidad (baste saber los títulos de los poemas: Una visita de papá, Ciego, la esposa de Lot, Los muertos, Ermitaños, El hijo de la funeraria)  que comparten un destino común en nuestro tiempo, el de ser parte de un mosaico en el que se recoge una crítica a la vacuidad del estatus de vida moderna.

Existe en estos poemas, la  pretensión de hacer verdadero el mensaje, podemos rescatar de ellos un discurso verosímil que se genera y en el que se define un momento de verdad porque incorpora situaciones de referencialidad al contexto histórico, tal como sucede dentro del poema, Rastro de papeles (Versión en español por Fernando de la Cruz), del cual se reproduce aquí un fragmento, mismo que refleja lo acontecido durante el atentado al World Trade Center el 11 de Septiembre de 2001 en Nueva York:

 

Rastro de papeles

            “Los trozos de papel[…]se deslizaron al cielo el martes y cayeron a la tierra a

                                                                            kilómetros de distancia en Brooklyn”.

 

Lluvia de documentos:

memorandos, currículos, faxes y contratos,

mensajes telefónicos y reportes de gastos.

Entre ellos una hoja

desprendida del bloc entra volando

por la ventana abierta

de una casa Brownstone en Carroll Gardens,

como epístola directa de los ángeles

sobre la mesa de una anciana viuda.

Lo vira y lo coloca frente a ella,

entre sorbos de té:

un mensaje caído de los cielos,

envuelto en misticismo;

una nota rosada

de un bloc con el membrete

Mientras estabas fuera:

Para; Paul

Día: 11 de septiembre, 2001

Hora: 8:40 AM

La opción Dejó mensaje telefónico, marcada.

 

Sin embargo, el relativismo cultural limita lo testimonial, más allá del tono autobiográfico se establece un pacto entre estos poemas y el receptor cuando la realidad aparece ante los ojos del lector  y éste, se enfrenta de una manera activa para enfrentarse a los discursos propios a veces dirigidos por un condicionamiento ideológico. Es posible trazar paralelismo entre ésta y otras obras que refieren a un hecho histórico, lo cual sólo habla de la riqueza de este poeta, de su habilidad para trazar anécdotas, delinear retratos, de su sed de aventura y viaje, de su reposada distancia. Nos deja la aventura, los detalles de los lugares que conoció y de las personas con las cuales tuvo relación. Utiliza el poeta, un lenguaje común, apartado de lo confuso, y sin embargo, tan cercano a la metáfora de su realidad individual de poeta inmerso en situaciones cotidianas, profundamente sociales  y al mismo tiempo humanas.

 

Esposado a la rocola (Fragmento, 1983, versión en español por Susana Barradas)

 

Suena el teléfono

despierto

caigo de la cama

estiro mi brazo roto

contesto el teléfono

es la empresa hipotecaria

se ha recuperado mi casa

debo ir a su oficina

a firmar papeles

así que subo a mi carro

pero atropello una ciclista

que sostiene su cuello roto

y comienza a gritar

Demandaré

la subo a mi carro

vamos a Emergencias

donde un policía me arresta

pero de camino a la cárcel

se topa con un viejo amigo

van a un bar

por unas cervezas

me llevan con ellos

me esposan a la rocola

el bar se incendia

el policía huye por la puerta trasera

entra un bombero

y de un tajo con un hacha

libera mi muñeca atada a la rocola

salimos corriendo

 

Su recorrido incluye también pequeñas vicisitudes de la vida, rupturas, en donde sólo se dejan las cosas como deben ser y la vida sigue su ritmo normal. Esto es común en la realidad de la vida y en la cotidianidad de las relaciones interpersonales, con más razón se puede afirmar que es realista y que además conserva la curiosidad, indagar la vida de un personaje, traer al presente algo que ocurrió tiempo atrás.

 

Aquí  

(Versión en español por Fernando de la Cruz)

 

Pasó en una autopista de Florida

en un punto cualquiera

entre Orlando y West Palm Beach:

una joven hermosa y elegante,

claramente alterada,

vagaba sola entre los comedores,

dentro del parador

donde los conductores se detienen

a comprar golosinas y refrescos.

Oí sus balbuceos

mientras importunaba al anciano caballero

de bermudas y lentes oscuros,

con el dedo ya fijo en el botón

dispensador de M&Ms.

Yo compraba Doritos a su lado

cuando ella preguntó:

-Por qué estamos aquí?

El viejo carraspeó sin afectarse

y asintió con el gesto tiernamente bronceado.

-¿A dónde me dirijo?-suplicó casi en lágrimas.

-¿Dónde estoy?

Él indicó hacia el mapa en la pared,

tocó de forma casi cariñosa

aquella flecha roja que señala

la ubicación exacta en la autopista,

Y con la cortesía sureña, legendaria,

señaló las palabras en negritas, debajo de la flecha:

-Señora,-leyó el viejo gentilmente-

 

  1. ESTÁ AQUÍ.

 

La  recurrencia  a  lugares  geográficos  tan concretos  como opuestos,  Florida,  Nueva York o Xpuhá en la Riviera Maya, ubican  al  lector  en  un  espacio  determinado, sea lejano o próximo, en unas coordenadas espacio temporales que corresponden a coordenadas históricas y culturales muy bien definidas, siendo el poeta un viajero, esta cláusula se abre para permear su poesía cosmopolita, unida a la experiencia del emigrante que se integra al entorno.

Desde el año 1983 hasta la década que incluye al año 2014, el tiempo o cronología nos concede el privilegio de asomarnos al detalle a los hechos cotidianos, a veces triviales otras ocasiones maravillosos o sobrenaturales; Jonathan Harrington les da gran importancia relacionándolos con una significación universal.

Al hablar de significación universal, me refiero a  trascendencia del poema, que será aceptado como válido y real en cualquier época desde la cual el lector se enfrente al texto. El significado que se establece dentro del poema, no es estático, es dinámico, propone, pregunta y forma el sentido de la voz poética, misma que llega a conformar un pacto autobiográfico implícito por la existencia de palabras provenientes de su historia de vida  con un resultado real, el criticismo personal, lo personal como límite del conocimiento y entendimiento que se escribe y se reescribe a partir de los ojos del lector.