VALENTINE’S DAY
AT THE MALL
TRIBUTE TO THE SOLITARY
Today is a day of love
and my heart empties / empty out
when looking at the dressers in the city.
There are objects, food, ice cream, chocolates,
metallic balloons in various forms, red;
-Announced on February 14th- also blue,
silver, gold waved by such joy.
Couples walk
looking for the desired gift
and I without love.
Like the afternoon split like a lemon
by the lightning first,
the thunder, the rain, the lightning has caused the light
Electric does not light the stores anymore,
that amplitude of darkness has overflowed
the objects of the day.
So in gloom is the portrait of what I am
on this date that wet begins its march
of unison time.
I leave the glass walls
where my gift is dark like the afternoon
split by lightning, now divided road
with my clear shadow sometimes, that is, hollow,
thin, under the cold rain of the city that I
wait in one of its corners.
Where the candles wait for me to turn them on
just on this day when I went to see the purchases
of others.
In this moment of bitterness, I invite
to those who want to know about those sites, get
with the heart squeezed to the shops
to know oneself alive, once again and reaffirm
the emptiness of his side.
POEMA, DE EDUARDO CERECEDO
SAN VALENTÍN
EN EL CENTRO COMERCIAL
HOMENAJE AL SOLITARIO
Hoy es día del amor
y se me vacía el corazón
al mirar los aparadores en la ciudad.
Hay objetos, comida, helados, chocolates,
globos metálicos en formas varias, rojos;
-anunciado el 14 de febrero- también azules,
plateados, el oro ondeado por la alegría tal.
Parejas caminan
buscando lo deseado para regalar
y yo sin amor.
Como la tarde partida como un limón
por el relámpago primero,
el trueno, la lluvia, el rayo ha hecho que la luz
eléctrica no alumbre más las tiendas,
esa amplitud de obscuridad ha desbordado
los objetos del día.
Así en penumbra es el retrato de lo que soy
en esta fecha que mojada inicia su marcha
de tiempo unísono.
Salgo de las paredes de cristal
donde mi regalo es oscuro como la tarde
partida por el rayo, ahora dividido camino
con mi sombra clara a veces, es decir, hueca,
rala, bajo la lluvia fría de la ciudad que me
espera en alguno de sus rincones.
Donde las velas me esperan para que las encienda
justo en este día en que fui a ver las compras
de los demás.
En este instante de amargura, convido
a los que quieran saber de esos sitios, llegar
con el corazón exprimido a los comercios
para saberse vivos, una vez más y reafirmar
el vacío de su costado.