El sarcófago de Dios (Poema)

por Guillermo Tovar Torres

EL SARCÓFAGO DE DIOS

Una tarde, quizá muy tarde
Al mirar por mi ventana
Descubrí un muerto dentro de mí
Con un discurso entre las manos.

Bajé por las lianas sensibles de mi vida
Y entre pedazos putrefactos de luz
entendí que el muerto en el fondo soy yo
y el que respira afuera son mis restos.

Me miré con el amor con que nunca me he mirado
Solté el papel de las crispadas manos
Y leí lo que una voz como mi voz
Susurró siempre en mi consciencia.

Soy el cadáver de un Dios
qué se murió esperando
Intenté salir por los pequeños orificios
De tus ojos
Imploré un lugar entre tus manos
Espere un espacio en tu palabra.

Soy el ser que buscaste en las iglesias
el milagro que pediste en las oraciones
El maestro que buscaste en las aulas
El amigo que no hallaste entre los hombres
Soy la vibración que esperaste encontrar
En el tono más sutil del bandoneón.

Siempre tuve una propuesta para ti
Imaginé verte combatir en una gran revolución
Junto a combatientes sabios
Seres que se encuentren a sí mismos
Y salgan entonces a buscar a los demás
que luchen por la luz sin dejar sombras a su paso

Aquí estoy
Hundido en el profundo abismo de tus desidias
Vencido por todas tus derrotas
Tus alas poderosas sólo fueron manos
Y tus manos
tenazas de carne y hueso
usaste el tesoro de tu voz para hablar de tu pobreza
y la luz de tus ojos para ver la oscuridad de los demás
y te hiciste asesino y sarcófago de Dios.

 

Guillermo Tovar Torres
Cali, Colombia, 1959.

Escritor Colombiano, tercer puesto en el tercer concurso departamental de poesía en el Valle del Cauca Colombia, 2008. Miembro honorario vitalicio del Encuentro de Poetas y Declamadores en Chinú (Córdoba) Colombia; su obra se resume en el libro Cielo Sonoro, publicado en el 2011; forma parte de algunas antologías en el Sur de América; incluido en la Biblioteca Virtual del mundo, su poema América es un Indio dormido, es musicalizado por el cantante Lukas. Es Invitado a múltiples eventos Nacionales e Internacionales.