Vuela la moneda con dirección a su destino;
esparce las perlas del collar de la suerte;
se dispara el cohete del sol
hacia el cielo;
o se precipita en el viento:
el águila.
Avanza el río de los instantes
dónde zozobra el barco del azar.
El águila bebe soles en su caída;
el sol,
colibrí que bate las alas.
La moneda se eleva
sin poder caer,
suerte que nadie vislumbra;
águila o sol que, como pluma,
se queda suspendida
en el aire.